
La boca y la salud
La boca está conectada al resto del cuerpo y es parte del aparato digestivo y del aparato respiratorio. Es la entrada a nuestro organismo y la primera línea de defensa frente a patógenos. Cada día, su funcionamiento, se relaciona más con el bienestar de nuestro corazón.
Microbioma oral
La boca es indispensable para la vida y la salud general a través del microbioma oral. Estos microorganismos que viven principalmente en las mucosas oral, intestinal y en la piel contribuyen con su ecosistema y sus interacciones a la salud en general y cada vez más estudios demuestran su influencia beneficiosa en las enfermedades del corazón.
La creencia de que el cuerpo humano debía estar libre de germenes ha quedado obsoleta después de que los estudios indican que el microbioma existe en todos los órganos, siendo único para cada persona y adaptado para cada sitio específico del organismo.
La enfermedad aparece cuando se rompe el equilibrio entre microorganismos, aparte de otros factores como la susceptibilidad del huésped, higiene oral inadecuada o el tabaco, entre otros. La inflamación de las encías permite la diseminación de dichas bacterias a través de la ruptura de la barrera mucosa en las zonas de sangrado, pasando al torrente sanguíneo.
Por ejemplo, una dieta equilibrada rica en vegetales, frutas y antioxidantes naturales, como la mediterránea, es saludable sobretodo para el corazón y parte del beneficio se produce en la boca a traves de las reacciones en el microbioma. El nitrato es abundante en las dietas ricas en vegetales, sobre todo de hoja verde como las espinacas o la lechuga. Este nitrato no tiene ningún beneficio cardiovascular por si mismo sino que necesita pasar a la forma de nitrito para poder ejercer de antihipertensivo y cardioprotector de origen natural. Dicho paso se produce en la boca gracias a que la saliva, rica en nitrato y al pasar por el dorso de la lengua entra en contacto con una parte del microbioma oral específica de esa zona rica en bacterias las cuales convierten el nitrato en nitrito.
Según un estudio realizado en casi 250.000 pacientes y avalado por la Sociedad Europea de Cardiología, simplemente acudir al dentista para hacer una higiene una vez al año o más reduce el riesgo de accidentes cardiovasculares en un 14%. Así mismo, la presencia de caries, la falta de dientes y la inflamación de las encías están asociadas con un mayor riesgo de infarto.