La gingivitis y la periodontitis

La gingivitis y la periodontitis son enfermedades de los tejidos que rodean y sujetan los dientes. Estos tejidos presentan infección e inflamación que si no tratamos adecuadamente podrían provocar la perdida de la pieza dental, además de influir negativamente en tu salud general (enfermedades cardíacas, diabetes, y otras muchas…).
La gingivitis ocasiona inflamación y sangrado en la encía, y en la periodontitis se forman alrededor de los dientes lo que llamamos bolsa periodontal, donde se acumulan las bacterias y sarro responsables de esta enfermedad, quedando así lejos del alcance de tu limpieza diaria.

¿Qué puedes esperar tras este tratamiento?

Inmediatamente tras el tratamiento, si hemos usado anestesia, notarás amplias regiones de tu boca, labios y cara sin sensibilidad. Cuando pase este efecto, puedes notar molestias en las encías que remitirán en unos días.

También, puede aparecer sensibilidad en los dientes con los cambios de temperatura o al cepillarte.

Finalmente, tras el tratamiento tus encías se desinflamarán y puede ocurrir que dejen al descubierto zonas del diente o entre dientes que antes estaban
escondidas; notarás huecos de los que antes no eras consciente.

Qué instrucciones debes seguir y qué puedes y no puedes hacer

En primer lugar, si has recibido anestesia debes esperar un par de horas al menos para masticar y/o consumir alimentos y bebidas frías o calientes. Si notas dolor o sensibilidad, puedes usar analgésicos o dentífricos y colutorios específicos especiales para esto.

En la clínica te daremos una recomendación concreta para tu caso. Si a lo largo del periodo de curación hay zonas de los dientes o la encía cuyo aspecto se ve alterado, podemos hablar de ello de cara a futuro para buscar soluciones para aquellos casos en que se pueda corregir.

Pero lo más importante para que el tratamiento de tus encías den los mejores resultados es que sigas en casa las recomendaciones e instrucciones de higiene que te hemos dado en la clínica:

  1. Debes cepillarte los dientes 2 o 3 veces al día durante dos minutos cada vez. Los cepillos eléctricos de cabezal redondo nos ofrecen una limpieza más profunda, permitiendo llegar mejor a todas las superficies a cepillar. Es importante que cambies el cabezal del cepillo de dientes cada 3 meses.
  2. Debes usar pasta de dientes con flúor e idealmente con un antimicrobiano, para proteger tanto los dientes como las encías. Los dentífricos con Fluoruro de Estaño combinan ambas funciones y pueden ser una opción ideal para tu caso dado que además ayudan en el control de la sensibilidad.
  3. Debes introducir herramientas de limpieza interproximal, para que podamos eliminar toda la placa que se acumula entre los dientes. Idealmente, debemos usar cepillos interproximales pero también podemos ayudarnos de irrigadores, seda dental y/o colutorios.