La información que nos ofrece la boca
Los tejidos orales pueden sufrir cambios o daños como consecuencia de una enfermedad que afecta predominantemente a otros sistemas del cuerpo.
Determinadas enfermedades sistémicas que se pueden presentar en la infancia pueden cursar con manifestaciones en la región oral, incluso pueden ser las afectaciones orales las que nos den la pista de la enfermedad principal; de aquí la importancia que tanto odontólogos como higienistas sepan reconocer dichas afecciones.
Lesiones como vesículas, pústulas o úlceras en la boca pueden darnos información sobre procesos benignos y en su mayoría auto limitados, aunque en ocasiones pueden evolucionar a cuadros generalizados malignos y con compromiso de órganos internos.
Las enfermedades infectocontagiosas son las más comunes en la población infantil. Suelen ser
causadas por agentes patógenos, generalmente virus o bacterias, siendo rápida su transmisión de un niño a otro, como por ejemplo el Sarampión.
El Sarampión es una enfermedad muy contagiosa. El ser humano es el único huésped del sarampión. Dado que actualmente hay rebrotes de esta enfermedad en el mundo, es relevante estar familiarizado con las manifestaciones bucales de la misma.
El signo que podemos encontrar en la boca de esta enfermedad son las manchas de Koplik que aparecen al segundo o tercer día de la fase prodrómica en la mucosa oral, a nivel del primer o segundo molar 7 inferior y las que, si se conocen bien, pueden ayudar al profesional dental a identificar el sarampión en su paciente niño. La duración de estas manchas es de 12 – 24 horas. Las manchas de Koplik son unas manchas blanquecinas, con unos puntos blanco – azulados en el centro, puntiformes, que se presentan sobre un fondo eritematoso.
Los niños enfermos con sarampión se consideran infectantes desde cuatro días antes hasta cuatro días después de la aparición de la erupción cutanea, periodo en el que tienen altas concentraciones del virus en la sangre y en fluidos respiratorios, y al presentarse también síntomas respiratorios, se ve facilitada la difusión viral.
Las enfermedades hematológicas constituyen un motivo de consulta en las áreas primarias y secundarias de salud y, en muchas ocasiones, se presentan como una urgencia estomatológica, por lo que el profesional dental debe saber relacionar ciertas manifestaciones clínicas. Por ejemplo la Anemia Ferropénica.
La anemia es el motivo de consulta hematológica más frecuente en pediatría, siendo su causa principal el déficit de hierro. Una persona con anemia tiene una menor cantidad de glóbulos rojos. Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, que es una proteína que transporta oxígeno por todo el cuerpo. El cuerpo necesita hierro para producir hemoglobina con lo cual, sin una cantidad suficiente de hierro, se producen menos glóbulos rojos y menos hemoglobina, lo cual provoca la anemia.
Las manifestaciones orales que pueden llevarnos a sospechar que nuestro paciente niño tiene anemia son: queilitis angular, que es una inflamación, la cual empieza a manifestarse en una o ambas comisuras de la boca, glositis atrófica, donde la lengua se vuelve de color rojo oscuro con pequeñas úlceras en la superficie, úlceras en la mucosa bucal, recurrentes, dolorosas, que crean dificultad para masticar los alimentos y deglutir. Otra
manifestación que se presenta en este tipo de anemia es el síndrome de la boca urente, que es la sensación, en la cavidad bucal de ardor.