Golosinas y azúcares en general

La parte negativa de los dulces en la salud bucal se debe a que estos alimentos son ricos en glucosa. Las bacterias de la placa dental se alimentan de estos hidratos y producen unos ácidos que pueden desmineralizar el diente, facilitando la aparición de caries.

El azúcar está presente en muchísimos alimentos cotidianos y que no identificamos como una verdadera amenaza para la salud de los dientes. Los zumos, muchas bebidas con gas, las frutas y en general la mayoría de los hidratos de carbono, contienen azúcar en cualquiera de sus manifestaciones: sacarosa, fructosa, glucosa…

¿Cuáles son las golosinas más peligrosas para los dientes?

Comerte un melocotón nunca será tan perjudicial como masticar un caramelo de nata. Y no es solo por la diferencia en el contenido de azúcar de cada producto, sino por su textura. Tanto es así que incluso dentro del ámbito de las golosinas es posible hacer una clasificación en función de lo dañinas que resultan para tu dentadura.

En el primer puesto del podio de malas combinaciones entre golosinas y dientes estarían las gominolas blandas. El problema de estos dulces es que se adhieren a la superficie de las muelas y dejan restos sobre estas. Cuanto más tiempo permanecen en la boca, más probabilidades hay de que aparezcan caries.

La segunda posición es para las golosinas de chupar. Estas no solo causan una acumulación de azúcar en la saliva y su dispersión por todos los rincones de la boca. La succión continuada provoca un movimiento de la mandíbula que no es el natural y que puede terminar afectando a la disposición de los dientes e incluso puede derivar en disfunciones de la mordida.

El último lugar es para las golosinas que se disuelven rápido y que, por tanto, pasan un menor tiempo en contacto con dientes y encías. Entran en esta categoría los bombones y en general todas aquellas chucherías de chocolate que se digieren rápidamente después de masticarlas. Con todo, no dejan de ser también dañinas para la dentadura, por lo que conviene no infravalorar sus efectos negativos.

Minimiza los riesgos de las caries producidas por las golosinas

La golosinas no aportan nada positivo a la dentadura y tienen un alto contenido calórico del que puedes prescindir sin ningún problema. Si además llevas algún tipo de prótesis dental u ortodoncia, su eliminación de la dieta no es solo una recomendación sino una condición obligatoria para garantizar el buen estado de tu boca.

Los dulces nunca deberían formar parte de la dieta habitual de niños o adultos, ni siquiera en sus versiones no azucaradas. Pero en un momento puntual y como algo extraordinario, puedes permitirte un pequeño capricho siempre que tengas en cuenta estos consejos:

Lo que provoca las caries no es la cantidad de azúcar sino la frecuencia. El consumo de golosinas no puede ser una rutina. Es mejor comer varias golosinas juntas en un mismo momento del día que repartirlas durante toda la jornada.

Intercalando los dulces con algún alimento consigues que la boca genere más saliva y que esta se encargue de eliminar los restos de azúcar que quedan en los dientes.

La mejor manera de evitar que el azúcar se quede en la boca es cepillarse los dientes lo antes posible después de tomar golosinas, sobre todo sin son de las pegajosas.

Procura escoger ese tipo de golosinas que se consumen con mayor rapidez y que no contienen potenciadores de sabor como el ácido cítrico, ya que estos contribuyen a la erosión de los dientes.

No se trata solo de un tema de salud bucodental sino de salud en general. La ingesta continuada de chucherías está asociada a la aparición de otros problemas como obesidad, diabetes, hipertensión arterial o hígado graso, por lo que llevar una dieta equilibrada también te ayuda a mantener una boca saludable.

Efectos de las golosinas en una boca sana

El consumo excesivo de azúcar puede desencadenar problemas importantes en tu salud bucodental:

 

Aumento de la placa bacteriana: las bacterias se alimentan de azúcar y empiezan a desarrollarse, acumularse y endurecerse en la superficie de los dientes.

Incremento de la acidez en la boca: la presencia de bacterias nocivas provoca un aumento del pH de la boca. Estos ácidos debilitan los dientes y permiten a las bacterias colarse en el interior.

Caries: como consecuencia del aumento de la placa bacteriana y de la acidez en la boca, las bacterias hacen agujeros en los dientes y se instalan en ellos. Cuando llegan a la raíz de estos su presencia resulta dolorosa, por eso son tan importantes las revisiones periódicas en la consulta del denstita.

Inflamación de las encías: la placa que se acumula en los dientes retrotrae la encía y deja la dentadura más expuesta. Esto se traduce en hipersensibilidad, sangrado y una mayor debilidad de las piezas dentales.

Fracturas en los dientes: si las golosinas muy blandas se pueden quedar incrustadas en la superficie de las muelas, las muy duras pueden hacer que los dientes más débiles se fracturen o se agrieten por efecto del ácido en la boca.